lunes, 6 de junio de 2011

Carta de Padres (Leticia y Tom)

Os publicamos una carta enviada por Letica y Tom, padres de alumnos del centro en relacion a la polémica existente y que ya conocéis.

Estimados padres y equipo del Colegio Carola Ribed:

Somos Tom y Leticia, . Nos ponemos en contacto con vosotros por este medio ya que no pudimos acudir a la reunión del jueves 19 ni a la concentración del lunes 23 porque estábamos fuera, y ésta nos parece la forma más eficaz de comunicarnos en estos momentos. Irene es uno de los alumnos admitidos en 3 años con discapacidad (Sd. Down), así que tenemos mucho interés en este asunto.

Lo primero que queríamos explicaros es que todavía no se sabe si Irene va a entrar en el colegio o si se tiene que quedar un curso más en la Casita de Niños. La Junta tiene que decidirlo y dispone hasta el 30 de septiembre de plazo. Ha solicitado dictámenes al equipo de Atención Temprana (que está francamente a favor de su escolarización), al Equipo de Orientación Educativa, uno de cuyos tres evaluadores es el monitor del que dispone el colegio (que ha emitido un dictamen en contra), al personal de la Casita (que ve puntos positivos y negativos en ambos casos) y a nosotros como padres. Nosotros primero pensamos en dejarla en la Casita (un entorno familiar y más “protegido”), pero luego hemos decidido que, dado que Irene se está desarrollando bastante bien, y que el equipo de Atención Temprana (que la trata desde hace dos cursos), opina que está lista para la escolarización, vamos a intentar comenzar con expectativas altas, aunque luego haya que adaptarlas, en lugar de comenzar con expectativas bajas y con un “proteccionismo” del que se quejan muchos adultos con su misma discapacidad. Además, a la Casita no se le dota de ningún personal de apoyo para estos casos y la clase de dos años tiene un ratio de 20 niños, sin más ayuda que el personal de prácticas que acude a partir de febrero.

Dicho esto, e independientemente de si Irene entra o no entra en el colegio este próximo curso o el siguiente, está claro que debería haber recursos suficientes para atender a todos los alumnos correctamente y que nuestra obligación como padres es exigirlos y luchar hasta que los consigamos. En cuanto a la distribución de los alumnos discapacitados, lo que dice la ley es que hay que reservarles tres plazas obligatoriamente, pero entendemos que no dice nada de que en caso de que haya plazas suficientes para todos los alumnos que lo hayan solicitado (es decir, que tengan su plaza sin necesidad de ninguna “discriminación positiva”), haya que repartirlos por otros centros. Al final, un exceso de “niños especiales” en un centro no sería integrador, pero también sería claramente discriminatorio, en caso de haber plaza, mandar a un niño discapacitado a otro colegio, sobre todo si dicho colegio no está dentro de la zona que le corresponde por domicilio o trabajo de los padres (los niños discapacitados a menudo tienen problemas para desplazarse, y además hay que tener en cuenta que muchos centros presentan barreras arquitectónicas). En cuanto al desarrollo de las clases, si hay personal suficiente no debería haber problema, y nuestra experiencia en los distintos colegios públicos por los que han pasado nuestros hijos (cuatro colegios diferentes) es que los niños que dificultan el normal desarrollo de las clases suelen ser más bien los que tienen carencias de otro tipo (afectivas, educativas…), antes que los niños “especiales”, que normalmente son diagnosticados precozmente y disponen de los apoyos necesarios.

Volviendo a nuestro problema concreto, como creemos que han quedado un par de plazas libres en infantil, quizás se pueda solicitar a la Junta que se cierre el cupo para esa clase. Los ratios en España son excesivos y es muy difícil imaginar cómo una persona puede estar un curso entero ella sola con veintitantos niños de tres años a su cargo, y encima conseguir enseñarles algo. Cuando se ven los resultados de escolarización europeos, los países mejor puntuados son siempre los que menos alumnos tienen por clase.

En cualquier caso, queremos ser optimistas y pensar que se va a dotar al colegio del personal necesario. Si al final la Junta decide que Irene puede ser escolarizada, nosotros vamos a hacer lo que esté en nuestras manos para que reciba los apoyos que precisa y para que tenerla de compañera sea una experiencia enriquecedora para todos.

Atentamente,

Leticia y Tom

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